A veces un niño sufre una emergencia en su centro escolar.
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Lo ideal sería tener un enfermer@ escolar en cada centro.
Pero puede no haberlo, o podría llevar varios centros y no estar en ese centro en el momento preciso de la emergencia.
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Y hasta que llegue la ayuda sanitaria, los profesores, monitores o entrenadores tienen la responsabilidad, como únicos adultos presentes, de llamar al 112 y de tratar de aplicar maniobras salvadoras bajo su dirección. O incluso mientras llaman, si tienen formación en RCP.
Y de esa actitud puede depender la vida del niño. Como ocurrió en este enlace que os comparto.
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Cuando los profesores dicen «yo no voy a asumir esa responsabilidad», si el resultado de su falta de actuación tiene consecuencias fatales para el niño, no tengo muy claras las consecuencias legales que ellos podrían tener a su vez. Y más si el médico del Centro Coordinador les da instrucciones salvadoras y ellos no tratan de cumplirlas lo mejor que puedan.
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Así que, abogando como abogo por enfermería escolar en los centros educativos, y estando de acuerdo en que hay que exigirla y pelear por ella…
…mientras llega esa realidad…
…sigo insistiendo en la importancia de que profesores, monitores y entrenadores se formen y se reciclen en soporte vital básico.
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Y debería ser de forma financiada y facilitada por las Consejerías, Ayuntamientos, lo que proceda. Eso también hay que exigirlo.
Pero, también aquí, mientras esto llega, si esos profesores, monitores y entrenadores tienen al alcance cualquier curso de formación, presencial, on line o como sea, aunque sea «voluntario», creo que deberían valorarlo.
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Por interés personal (podría ocurrirle una emergencia a alguien de su familia), por deber cívico (podrían ser testigos de una emergencia por la calle) y por responsabilidad hacia los menores a su cargo.
Alejandro, el niño al que se le paró el corazón y se salvó gracias a la rápida reacción de tres entrenadores del colegio